miércoles, 26 de abril de 2017

Crónicas del Régimen (39)


Si Darwin hubiese nacido en la Esperpentaña de nuestros días, es muy probable que hubiese sido procesado acusado de herejía y, amén de a rezar 200 padrenuestros y 3227 avemarías, condenado a pasar el resto de sus días ejerciendo como forzado galeote (valga la redundancia).

BONUS TRACKS

Ofú, no queda nada ya que no huela a podrido en Espatraña.

(Güilian Sespi)

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Los ciudadanos de Esperpentaña no son muy duchos que digamos en biología. Sin ir más lejos, en estos días estamos asistiendo a una tremenda confusión entre esos tiernos animalitos denominados batracios y la ruda caterva de ma-rranas y ma-rranos que no cesan de salir desde debajo de las alfombras de los despachos oficiales.

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Tramabús, tramabús… menuda gilipollez. Vamos, como si en el mismo cupiese siquiera una mínima parte de la horda de corruptos que se han merendado Esperpentaña a dos carillos en na. Venga, hombre, dejaos de una jodida vez de estúpidas minucias y usad para el asunto el jodido tren de Nouadhibou.

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