En tanto no sepamos
distinguir al verdugo de la víctima
seremos gorrioncillos
con ínfulas suicidas de rapaces,
picoteando migajas
de rancio patriotismo a la intemperie
del muladar de asfalto y luz de invierno
donde campean a su antojo los halcones.
La víctima sigue votando a sus verdugos y malinterpretando la cetrería...
ResponderEliminarEl poder inventa coartadas que son el cebo de los gorrioncillos de Esparpaña
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