A mi madre le gustaba que le cantase. Copla. Una tarde -yo cantaba "Tatuaje"- me suplicó silencio, fatigada. Pocos días después, murió. Ya no hay nadie inocente en este mundo. Mañana arrancaré a bocados los pulmones a mi primer tatuador. Es un tipo majo, pero eso ya no importa. Espero que no se resista como aquella folclórica. Creo que fue la tercera. Sólo añadiría sufrimiento a su agonía.
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