Mientras es torturado
un soldado que nunca
quiso participar en una guerra,
mientras es torturado hasta la muerte
con frío asfixia estruendo luz picana,
medio mundo bosteza atiborrado
de teleanfetamina,
y el otro medio de hambre
y cansancio. Qué más
decir sin prorrumpir en alaridos
transidos del dolor de la metralla,
que no añada ignominia a la ignominia
de nuestra indiferencia suicida y partidaria.
Mejor guardar silencio
antes de la batalla.
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