Bodrio-poema devoto
Hoy me he hecho una promesa:
rezar, sin excepción,
cada noche a la vida.
¿Qué más da que no exista?
¿Acaso han existido
alguna vez los dioses?
Y, sin embargo, cuántos
devotos del milagro
siempre para mañana
veneran sus altares
anegados de coágulos
de miedo, orden y sangre.
Yo nací de otro barro
más sucio, de otro aliento
menos aire, más turba.
Prefiero comulgar
con la sed del torrente
violentando la piedra
antes que alzar los ojos
ciegos a la impostura
de un placebo celeste.
Mi fe no es de este mundo.
Pero existen los adioses y sin embargo somos procaces en el saludo.
ResponderEliminarConque tengas fe en la bondad humana ya es suficiente
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