No vengas con que hoy a ti
un taxista te ha otorgado
paso franco y consumado
lo ha con gesto baladí.
¿Un taxista? ¡Tararí!
¿Cedió el paso? ¡Y un mojón,
un delirio, una visión!;
no le pongas más empeño
que no ha sido más que un sueño,
y los sueños, sueños son.
Taxistas educados los hay mientras toman café, pero el tráfico y la subida del precio de la gasolina los tiene enervados
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