Esto que ves en mí sólo es fachada.
Es lo que traen los nuevos tiempos:
la gentrificación del alma.
Echarlo todo abajo
dejando en pie no más que la apariencia,
la sonrisa forzada maquillando
el vacío interior en tanto pugnas
por ir reconstruyendo desde cero
tanta ruina: la pérdida.
Y, al cabo, ¿para qué? ¿Para ser otro
y que no te conozca ni la madre
que te parió?
Esto que ves en mí
es tan sólo fachada:
cualquier día de estos caigo
de bruces a la calle
y hay que cortar el tráfico.
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