A Anita Porfanchuk
brillará el sol de nuevo
y el laberinto
mostrará para ti en cada recodo
ese algo ignoto inalcanzable
que alienta tu periplo,
haciendo que te niegues
a traspasar la puerta
que oculta tras de sí la honda tiniebla
(diciembre de 2011)
Siempre amanece, que no es poco, pero también siempre llueve sobre mojado
ResponderEliminar