La renovación tecnológica, caballos de vapor marchando a un ritmo desbocado, no tiene tanto de renovación como de estafa ofreciéndonos en sacrificio a los dioses del consumo. Cualquier día de estos revienta la caldera y se nos vienen encima las ruinas del templo.
Apocalíptico, y después vinieron los bebes tecnológicos en forma de móviles...
ResponderEliminar