que comencé a escribir
un doce de febrero
hace casi dos años,
ha llegado a contar
aproximadamente
con novecientos versos.
Hoy, tras haberlo dado
por concluido, he borrado
gran parte, casi todo,
y lo he dejado en esto.
¿Para qué seguir dándoles
vueltas a las secuelas
de un pasado hecho añicos,
cuando, por más que trate
de hacerlo, no he de hallarles
explicación alguna?
Ella quiso que fuese
sólo uno más y al cabo
he terminado siendo
poco más que uno menos,
un incordio borrado
para siempre. Eso es todo.
(12 de febrero de 2015 - 23 de noviembre de 2016)
De amores desesperanzados está lleno el universo poético, como estrellas errantes en le vía láctea
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