"NO MÁS GUERRAS. MÁS CANUTOS" —aseguraron con vehemencia que escribió en una de las paredes del Ministerio de Defensa. Un juez castrense lo condenó a tres años en juicio sumarísimo por manifestación violenta contra las instituciones militares del Estado. A su salida de la prisión militar lo espera un nuevo proceso por incitación al consumo de estupefacientes. Dicen que la vida sigue. Ignoran que el corazón de la justicia se detuvo hace tiempo sin remedio. Que apenas somos zombis.
(El analfabeto)
Crudas imágenes y alegato pacifista en un mundo enloquecido
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