Ha sido un día malo.
He soñado despierto
con pájaros locuaces
picoteando el diluvio
de mis pupilas cáusticas
con esa inapetencia
con que devoran su última
cena los condenados
ansiosos por sentir
la caricia amorosa
del garrote en sus vértebras.
Y he sido en mi febril
delirio a un tiempo pájaro,
reo, verdugo y carroña.
No sé por cuánto aún
soportaré esta muerte.
Ojala sueñes con presupuestos fáciles y rápidos de corregir
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