Miradas de soslayo. Temerosas.
Ver sin ser visto: bruma. La pupila
se agranda: es un sol negro, alcor. Vigila:
nada, no hay horizontes.
Crecen rosas
sin pétalos —espinas—, fraguan losas
sepultando el azul. Plaga: titila
la sed con el crepúsculo, aniquila
todo afán —espejismos—, cava fosas.
—Adiós, tiniebla.
—¡Aguarda, oye mi ruego!:
tela de araña urdida en el fracaso,
laberinto de dudas, sueño ciego
añorando la luz, rehilando al raso.
(Silencio) Caen los párpados:
sin fuego,
se humillan las cenizas al ocaso.
Poema muy cuidado en su métrica y cadencia
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