Felíbex González, amén de uno de los mayores traidores de la clase obrera de todos los tiempos, es, desde ayer mismo, Gran Maestro Demagogo de la nauseabunda Orden del Gran Plagiador de las más estúpidas y disparatadas propuestas de una ciudadanía a la que los poderes fácticos han despojado hace tiempo de cualquier atisbo de cultura democrática. Cambiar las personas, pero no las ideas, vino a decir. Para que todo siga igual y los capos del totalitarismo financiero a los que sirve puedan continuar campando a sus anchas. Para que el pensamiento único restablezca su imperio o, lo que viene a ser lo mismo, para que el pueblo regrese con sumisión al redil de una sociedad de individuos asociales sin pensamiento autónomo ni criterio propio, así como a la contumaz adoración del becerro de oro de un bipartidismo alternante sin alternativas, tras el que se ocultan la miseria y la falta de libertades, la aniquilación de los derechos civiles, la prolongación, con cada día que pasa con menos sutilezas, de aquella ignominiosa dictadura. ¡Heil, Felíbex!
BONUS TRACK
El Vaticano cesa de manera fulminante a uno de sus obispos por tener una amante, pero se piensa mucho, hasta que al fin se le olvida, hacer lo propio con aquellos otros que hacen apología del fascismo, la violencia de género o la xenofobia. Qué campechano el papa Paco. Tanto o más que el patriarca Borbón losientomuchoyetcétera. Las religiones, siempre tan dadas a sancionar con dureza la jodienda, pero no que nos jodan. Y es que la jodienda no tiene enmienda. ¡Viva el adulterio! ¡Cómo encontrar mejor cauterio! ¡Lo digo muy en serio! Ja, ja, ja; ¡qué malo; pero qué malo soy!
Muy acertado y totalmente pertinaz!!!
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