Sueño con tus clavículas
y tus hombros desnudos
blancos como la nieve
recios como la nieve
carniceros y fríos
como un alud de nieve
o un bisturí herrumbroso
en las trémulas garras
de un ángel cirujano
autodidacta abriéndome
en canal y extirpando
en la asepsia amarilla
de un quirófano espejo
que rezuma celestes
el destiempo que yace
como un cerdo encarnado
en la cruz mi pecho.
Sueño caleidoscopios
de amarillas sabanas
en la aurora del trópico
sorbiendo los latidos
terminales del último
león del Serengueti.
Todo es gris todo es sombra
cuando despunta el sol
negro de la vigilia
y clava sus astillas
níveas como un alud
o un bisturí en el quid
de mis sueños sin tuétano.
Más que el tuétano, lo importante del un sueño son las tetas y no amanecer destetado.
ResponderEliminarEl León del Seregueti eres tú. Las mesas de operaciones tu pasado más inmediato. Todo revestido de símbolos misteriosos.
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