La niebla
Ahora caigo en la cuenta
—el flujo regresivo
de las horas restándole
a la nada el reflujo
de dos nadie que nunca.
Ahora caigo en la cuenta
—salta una chispa y prende
las cenizas del alba—
como en mis peores sueños
veo hundirse los jirones
de una estrella de mar
en el vientre de arena
de un agujero negro.
El tiempo ese gran misterio de la conciencia humana
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