Afirman los voceros
de la doble moral
que sirve de argumento
y justificación
a los muchos desmanes
que perpetra el sistema,
que no está bien odiar
a las mafias de cuello
blanco que, en su provecho,
han sembrado este mundo
de hambre, guerra y miseria.
Pues si dicen, que digan;
pero ni puto caso:
ya poco más nos queda.
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