Lo de las casillas para esto y lo otro y lo humano y lo divino —esa entelequia— en la declaración del IRPF me
toca las gónadas muy por encima de mis posibilidades de tolerancia contributiva. Porque cualquier gobierno
que se precie de democrático debería procurar una redistribución justa de la riqueza y
una prestación de servicios universal y adecuada a las particularidades
de las necesidades de cada cual. Si acaso una casilla para la
eliminación de tanto perverso instrumento legal dirigido a que puedan tributar menos y recibir más aquellos que más tienen.
(No obstante, y mientras esa redistribución hacia la igualdad y la justicia no tenga efecto, no está de más que continuemos marcando la casilla para la inversión en fines sociales).
¿Quién te dice que marcar casillas no es antisocial, simplemente una forma de remarcar un escrúpulo?
ResponderEliminarEstoy convencido de que se trata, en efecto, un acto antisocial.
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