sábado, 23 de abril de 2016

Homilía

Hierbajo, insecto o grano
de arena al sol o halado
hacia el mar por el viento
son tanto o más que el hombre.
No hay alquimia posible
que usando como piedra
filosofal el verbo
―quinto elemento efímero y estéril—,
pueda imponerse al caos
y engendrar estructuras jerárquicas y estables.
No me vengáis, por tanto, con cantos a los dioses si no es para negarlos.
La tierra, el aire, el agua, el fuego
son sólo un espejismo
oscuro, frío y mudo como el miedo:
la eterna plenitud ni tiene sexo
ni puede ser nombrada,
y la prole del caos
no es más que un embrión extrauterino,
hueso vano sin fruto
de un coito imaginado.

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