Nadie supo entender
aquella decisión sin vuelta atrás
y, en la opinión unánime
de todos sus vecinos y allegados,
amén de irracional, precipitada:
"Las cosas le iban mal, pero tampoco
para una acción tan drástica."
Pero él dejó bien claros sus motivos
en una escueta nota manuscrita
no exenta de sarcasmo —odiaba a muerte
la mal llamada fiesta de los toros—,
que una racha de viento
arrastró, como a una hoja
cansada del otoño, hasta la calle:
"MAS CORNÁS PEGA EL AMVRE"
poema social a lo blas de otero
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