Mariano y Albert Rivera igual que Pedro y que Pablo —perdonen por el vocablo— me tienen hasta la pera. Tanto que si dependiera de mí, al carajo a los cuatro los mandaba con su teatro, y para formar Gobierno como Presidente eterno proponía a Chiquilicuatro. ¡Perrea, perrea!
Los enredos políticos son tan antiguos como el paraíso terrenal.
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