Delicia culinaria
—limpia de piel y vísceras
y, amén de con un toque
austero de diseño,
justa en el condimento—
sostienen los adeptos
del fija y da esplendor
que ha de ser la poesía.
Pero si el hambre aprieta,
por qué no usar las más
inmundas de las tripas
ya ausentes o presentes
en el vocabulario
para hacer una sopa.
poema gastronómico para vencer las ganas de comer
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