Tras NO VER el de-váter ―y, como al parecer y pese a la insistencia en negarlo por parte de sus amordazados lugareños, Teruel no existe para el "panfletarismo" televisivo patrio― mi indiscutible candidato desde ya es César, un simio que, incluso antes de haber saboreado el fruto del árbol del conocimiento, ya era mucho más inteligente que los cuatro actuales candidatos de centro juntos. Un simio que anoche, aunque en TV, comenzó a hacer la revolución. César, este sí que es un primate con un par, y no los cuatro monitos amaestrados que nos son presentados como las estrellas del patético espectáculo que en estos días de campaña se nos ofrece en el circo España.
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