viernes, 2 de octubre de 2015

Genealogía de la desmemoria

El que a estas alturas, cuando están a punto de cumplirse cuarenta años desde la muerte del dictador genocida patrio, aún siga siendo necesaria una ley de memoria histórica "como dios manda" ―que diría Rajoy―, es tal vez el síntoma más evidente de lo injusta que ha sido la mal llamada transición democrática con los cientos de miles de víctimas de la ignominiosa e inmisericorde jauría de asesinos comandada por aquel Generalísimo "zorrocotroco" y fascista, así como de la manga ancha que, por contra, ha habido durante todo este tiempo para con los verdugos, aún hoy gozando de la más absoluta de las impunidades. Y que la ley aprobada al respecto por el Congreso de los Diputados en 2007, haya sido derogada de facto al no consignarse ya en varios Presupuestos Generales del Estado partidas económicas para propiciar su cumplimiento, también nos dice mucho sobre el árbol genealógico político reciente de España.

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