"Viene otra vez, lo sé, ya lo presiento"...
Marcelo Galliano
Estimas que el amor viene y se aleja
como aquellas oscuras golondrinas
de Bécquer o las aguas peregrinas
del mar, que en su vaivén sin fin, refleja
de la Luna ese nervio que no ceja
de alzarlas hasta el borde de las finas
arenas de las dunas y, en marinas
fosas, las vuelve a hundir.
Mas se asemeja,
más que a la golondrina o los vaivenes
lunares del océano, a un renuente
virus que, aun dando tregua, está latente
siempre en lo más adentro y, sin dispensas,
cuando, ¡ay!, a plomo caen nuestras defensas,
nos toma con crueldad como rehenes.
Al menos, de entrada, es un virus placentero que da ilusión para vivir
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