No estaba libre de pecado
y al recoger la piedra
con la intención de ser
el primus inter pares arrojándola,
sufrió la mordedura de la víbora.
“Ha sido la justicia de Iahveh”
gritaron al unísono
vehementes fariseos y troyanos.
Mas Iahveh estaba ausente
desde el mismo principio de los tiempos:
los caminos del caos
son siempre inescrutables.
Lapidando siguen los yahidistas a mujeres adúlteras. Progreso islámico dicen
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