Quizás por nacer en ¡¡¡Bonn!!!
sufrió Beethoven la pena
de no escuchar su Novena,
sordo por tal explosión.
Como tal vez fue el cañón
que trajeron los del Sena
la causa de la sordera
de nuestro mejor pintor.
Sordo a sordo no hay color,
y es que Goya cual Beethoven
-trompeta y no sonotone-
tapias fueron ambos dos.
El de Asís es el mejor,
que sólo a escuchar se pone
lo que le sale de los cojones:
si quiere oye, si no no.
Texto e ilustración: Agustín Casado
Saludos y buenas vacaciones, yo he estado allá por Torremolinos.
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