A mis 54, tan cansado
y pese a que la vida aún fluye lenta,
barrunto, tal que si fuesen 90,
la muerte en todo instante a mi costado.
No es que el paso del tiempo haya gastado
mi cuerpo en demasía. Es la violenta
nostalgia que sin dar tregua me enfrenta
a un hoy sin la esperanza del pasado.
Y así voy por inercia y sin arribo
posible que motive el recorrido
que, henchido por el vértigo, describo
sin huellas, dando tumbos, sometido
al rol de quien no habiendo estado vivo
apenas nada todo lo ha vivido.
Es precioso Rafa, te describe (y me describe) muy bien! Dicen que “las miserias compartidas tocan a menos”.
ResponderEliminarEsta parte es sublime:
No es que el paso del tiempo haya gastado
mi cuerpo en demasía. Es la violenta
nostalgia que sin dar tregua me enfrenta…
Y la imagen!
Y tú.
Besos
Poema de tantos kilates, por pureza, como un collar de esmeraldas
ResponderEliminarBravo, bravo, bravo. No tiene uno por desgracia así de timbrada la voz ni el fraseo rotundo de nuestro Rafa, pero lo dije también a mi manera:
ResponderEliminarCUMPLEAÑOS
Preguntáronme a mí el día
que celebro mi cumpleaños
que cuántos eran los años
que tengo, los que cumplía.
Respondile un poco huraño
la verdad, que no sabía.
- “No serás como las tías…”
- “Te juro que no te engaño”
“Los que tenga todavía
es algo desconocido;
sesenta y cinco cumplidos,
confesé la demasía,
los que por desgracia mía
ya no tengo, los vividos”.