Visto lo visto en las pasadas municipales y autonómicas -con,
entre otras lindezas, religiosas llevando de la mano a votar a ancianos que,
perdida la cabeza, no sabían, los pobres, ni donde tenían la derecha-, no
estaría de más, para las generales, solicitar la concurrencia de observadores
internacionales imparciales, a fin de tratar de garantizar la limpieza en tales
comicios.
Los más católicos del país llevan a sus mayores -la cabeza ida ya a otra parte- a engrosar los votos de la derecha...Y eso ocurre desde 1977 sin que nadie mueva un dedo al respecto...
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