Las hordas Populares, con tanto imputado entre sus nauseabundas filas, tiran de cuasi sinónimos eufemísticos y tramposos, y pretenden que los imputados pasen a ser llamados simplemente investigados. Investigados, cómo si investigados no lo fuéramos todos, sin ir más lejos por la Hacienda impúdica y partidaria de Montoro. Bueno, todos no, porque a los miembros de esas hordas Populares y a sus allegados siempre se les procura pasar la mano, hasta llegar al punto de tener que contemplar el bochornoso espectáculo de fiscales haciéndoles de abogados defensores. A estos, a los mafiosos que forman parte de esas hordas, para nombrarlos como merecen, lo de "investigado" les queda muy corto. Hasta lo de imputados les hace un favor. Habrá que tirar de la poesía para acercarnos, sólo acercarnos, a la denominación más adecuada.
SÓLO PARA DECIRLO (Idea Vilariño)
Qué hijos de una tal por cual
qué bestias
cómo decirlo de otro modo
cómo
qué dedo acusador es suficiente
qué anatema
qué llanto
qué palabra que no sea un insulto
serviría
no para conmoverlos
ni para convencerlos
ni para detenerlos.
Sólo para decirlo.
(De Pobre mundo, 1970)
El poder resiste hoy muchos dedos acusadores con el dominio de los medios de comunicación
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