que no quiero más cuentos,
que me niego a contarme
nuevamente el estúpido
cuento de la lechera.
Luego sueño contigo;
no contigo, con otra,
aquella que no fuiste,
no estuvo, no estará,
y cada noche invento
para enfrentar la angustia
de estar sólo, y dotarme
de, aunque falso, un motivo
para seguir asiéndome
a la vida: este espanto.
Morir es cerrar los ojos y no soñar más Un abrazo, Poeta !
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