Un vehículo negro
derrapa sobre el hielo
en una carretera de montaña
y, fuera de control, se precipita
al fondo del abismo.
Ningún superviviente.
Muy lejos del lugar
y ajeno a la tragedia,
pienso, helado de insomnio
y de desesperanza, que la muerte
acecha en cada curva del camino.
Las parcas griegas decían que la vida estaba sujeta de un hilo, lo cortaban y zas, Caronte te llevaba por el río Leteo al otro mundo.
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