Se fue todo al infierno,
todo al diablo, a la mierda.
Se fue todo lo mismo
que una flor arrastrada
por la lluvia y sumida,
huérfana, en las cloacas.
O quizá nunca estuvo,
no fue, nunca nació,
aunque duela lo mismo
o más, aún mucho más
que, habiendo sido todo,
haber quedado en nada.
desconsuelo
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