me miro con recelo
en el estanque de aguas
quedas del “sinvenir”
que brilla como un pozo
en la altura y mis ojos
no son más que dos guindas
coronando un pastel
hecho para la gula
del cerdo del destiempo
“espejito espejito”
trato anclado en la duda
de aullar pero mis fauces
de lobo enamorado
de la luna han quedado
en mudos excrementos
de buitres para el gozo
de moscas y gusanos
sin embargo la luna
adivina mi angustia
ahogada y destilando
sarcasmo me responde
“no hay nadie como tú
no hay nadie nada tú eres
un ser incomparable
sumido en el abismo”
Poema lúgubre
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