La ortiga, el escorbuto,
los piojos no son obra
de Pilatos ni Antipas.
Son el monstruo, el engendro
parido por la Bestia
autófaga y caníbal
que, obviando la experiencia,
decide una y mil veces
salvar a Barrabás.
Tus relecturas de la Biblia aplicadas a las Elecciones nunca dejan de sorprenderme
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