Una limosna. Apenas
un céntimo o la sombra
de una moneda falsa,
o un mendrugo de pan
duro como el espectro
de un labio que reniega
del ósculo y el cántico,
o la revelación
del lugar donde yace
el cadáver anónimo
de un sueño sin descanso.
España es un país lleno de mendigos, y cada vez somos más indiferentes a ellos de tantos que hay o porque nuestro corazón se endurece ante esa cruda realidad, bonito poema
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