Susana
Díaz Pacheco ha protagonizado el mayor ridículo que jamás haya hecho,
en la que ya empieza a ser larga historia de las comunidades autónomas,
un Presidente de las mismas. Después de acusar alegre y enconadamente a
la Consejería de Fomento y Vivienda de prevaricación por el asunto de la
Corrala La Utopía, después de pedir no se sabe cuántas cabezas –sin
conseguirlas, pues sus dueños a día de
hoy pueden presumir de poder ir siempre con las mismas bien altas- y
después de, en un reiterado sostenella y no enmedalla, en una descomunal
rabieta propia de un niño de parvulario, firmar y publicar ayer mismo
un Decreto retirando las competencias en materia de vivienda a la
Consejería de Fomento y Vivienda; 24 horas después, en un BOJA
extraordinario, ha tenido, como se dice vulgarmente, que echar el culo
para atrás y firmar un nuevo Decreto derogando el anterior. Sí, Susana
Díaz ha demostrado ser una insensata y una bocazas impulsiva y
prepotente; y alguien así jamás podrá ser una buena Presidenta ni de una
comunidad de vecinos, mucho menos de Andalucía. ¿Pedirá ahora
públicamente perdón a aquellos a los que ha calumniado tan gravemente?
¿O se esconderá, para no dar la cara, tras el BOJA de la vergüenza?
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