"¿Usted no sabe quién soy yo?" -parece ser que dijo Esperanza al agente. A lo que este tal vez respondió: "Señora, quien sea o deje de ser usted, para el caso, resulta irrelevante. Porque usted ha cometido una infracción, y en este país, un país democrático, la Ley y la Justicia son iguales para todos." Ah, qué pardillo. Porque Aguirre, quijada de Caín, arremetió con su vehículo de gran cilindrada contra la moto del agente para, instantes después, darse a la fuga. Y se quedó tan ancha y pancha. Porque a la Justicia en España hace ya tiempo que le arrancaron la venda aquellos que la han prostituido hasta las heces. Y ha dejado de ser igual para todos para mudarse en mamporrera de unos pocos, los prepotentes por privilegiados e impunes.
Imaginen que, en lugar de Aguirre, es un ciudadano corriente y moliente el que atenta de igual modo contra la autoridad y posteriormente se da a la fuga. Sin lugar a dudas, como mínimo, hubiese pasado la noche en los calabozos y puede que hasta se hubiese comido una buena ración de hostias. Sin consagrar, por supuesto. Esperanza no, Esperanza ha dormido confortablemente en su casa y habrá cenado caviar del Volga y hasta brindado con cava para celebrar su patética hazaña . Y Esperanza, en el caso poco probable de que su barrabasada llegase a los tribunales, acabaría a buen seguro quedando libre de polvo y paja. Incluso siendo enjuiciada por los mismos que han condenado a Pablo Hasél por su odio legítimo hacia los que ya llevan tanto poniéndonos sus sucias botas en el cuello. Usted, ciudadano arrastrado y a punto de estallar a causa de tanto recorte en sus derechos y en su nómina -si es que todavía es de los que cuentan con una mierda de nómina a dios gracias en este país como dios manda- sería condenado, y no digo yo que de manera injusta, a unos añitos de privación de libertad. Como dios manda. Y qué decir si estos esperpénticos hechos los hubiese protagonizado en, por ejemplo, Donosti. Mejor no imaginar las consecuencias. País. Como dios manda. Cuánta desesperanza.
España fosa séptica.
ResponderEliminarPues algún escarmiento les vendría bien de vez en cuando para que no se creyeran tan guapos e intocables
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