viernes, 4 de abril de 2014

Como dios manda


"¿Usted no sabe quién soy yo?" -parece ser que dijo Esperanza al agente. A lo que este tal vez respondió: "Señora, quien sea o deje de ser usted, para el caso, resulta irrelevante. Porque usted ha cometido una infracción, y en este país, un país democrático, la Ley y la Justicia son iguales para todos." Ah, qué pardillo. Porque Aguirre, quijada de Caín, arremetió con su vehículo de gran cilindrada contra la moto del agente para, instantes después, darse a la fuga. Y se quedó tan ancha y pancha. Porque a la Justicia en España hace ya tiempo que le arrancaron la venda aquellos que la han prostituido hasta las heces. Y ha dejado de ser igual para todos para mudarse en mamporrera de unos pocos, los prepotentes por privilegiados e impunes.

Imaginen que, en lugar de Aguirre, es un ciudadano corriente y moliente el que atenta de igual modo contra la autoridad y posteriormente se da a la fuga. Sin lugar a dudas, como mínimo, hubiese pasado la noche en los calabozos y puede que hasta se hubiese comido una buena ración de hostias. Sin consagrar, por supuesto. Esperanza no, Esperanza ha dormido confortablemente en su casa y habrá cenado caviar del Volga y hasta brindado con cava para celebrar su patética hazaña . Y Esperanza, en el caso poco probable de que su barrabasada llegase a los tribunales, acabaría a buen seguro quedando libre de polvo y paja. Incluso siendo enjuiciada por los mismos que han condenado a Pablo Hasél por su odio legítimo hacia los que ya llevan tanto poniéndonos sus sucias botas en el cuello. Usted, ciudadano arrastrado y a punto de estallar a causa de tanto recorte en sus derechos y en su nómina -si es que todavía es de los que cuentan con una mierda de nómina a dios gracias en este país como dios manda- sería condenado, y no digo yo que de manera injusta, a unos añitos de privación de libertad. Como dios manda. Y qué decir si estos esperpénticos hechos los hubiese protagonizado en, por ejemplo, Donosti. Mejor no imaginar las consecuencias. País. Como dios manda. Cuánta desesperanza.

2 comentarios:

  1. Pues algún escarmiento les vendría bien de vez en cuando para que no se creyeran tan guapos e intocables

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