Leo con sorpresa, ¡es la pera!,
que un certamen de poesía
femenina en La Nucía,
retribuirá a la tercera
premiada, de forma austera,
con potingues de belleza.
Tras comprobar la certeza
de tamaña sinrazón,
sin hallarle explicación,
me he quedado de una pieza.
Que de la belleza del poema no se deduce la necesidad de acrecentar la belleza de la poetisa
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