Tras décadas de pólvora
y sangre al alba,
nos contaron un cuento:
la democracia.
Y lo mismo que un niño
se entrega al sueño,
nos dormimos creyendo
cierto aquel cuento.
No sospechamos, cándidos,
que se escondía,
tras de aquel tibio sueño,
la dictadura fría.
Desde la mayoría social y el mínimo de solidaridad e igualdad exigible, me parece que es el mal uso de la democracia es lo que la envilece. Firmado: Diego
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