Con un disfraz de tigre
que lo muda invisible, ofrece globos
a las puertas de un centro comercial.
¿Cuánto es? La voluntad.
Y de sus manos nacen
mariposas, libélulas y dragones de
cuento.
¡ES MAGIA! –exclama un niño
tocado por el don de la videncia.
Y afloran tibias lágrimas
en los ojos de trapo del escuálido
félido,
mientras se empeña en vano
en transmudar el plástico indigesto e
insípido
en unos huevos fritos con patatas.
(Plaza del Duque, Sevilla; 3 de enero de 2014)
En verdad es cRuento.
ResponderEliminarSnif
Me da una pena cuando dicen: A voluntad. (Porque a veces la voluntad de algunos es muy pequeña)
Beso
Dickensiano total. Que los Reyes Magos te recompensen.
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