Hoy alguien que no sabe
ni le importa una mierda
quién soy y de quien sospecho
no habría osado hacerlo
en vida de su autor,
me ha felicitado
la Navidad citando
palabras de Mandela.
Ha debido pensar,
junto a sus asesores,
que una vez muerto el perro
se terminó la rabia,
no existiendo, por tanto,
apenas riesgo alguno
en emular el eco
yerto de sus ladridos.
Vaya imagen contradictoria!
ResponderEliminarNo es fácil levantarse, con resaca, y encontrarse a Fidelito.
Beso