con su iteúve pasado
rotulada en un costado
“Transportes Juan Carrasqueta,
presupuestos moderados”
y un magneto en la guantera
con su niño y la leyenda
”No corras papá” pegado.
Era Antoñito un chuleta
del Carrasqueta cuñado
y recién motorizado
pues por fin logró su meta
y un buguita se ha mercado.
Casi carne de cuneta,
era berlinga obsoleta,
horterita el tuneado,
la L verde en la luneta,
y pegatas en los lados
maquillándole el rayado
o alguna oxidada grieta
que de naranja ha miniado.
Este par de majaretas,
pilotos de pandereta
Antoñito y su cuñado,
ambos dos uniformados
y luciendo camiseta
con Alonso retratado
y “Renault Team” rotulado,
los domingos interpretan
así que las dos han dado
su papelón de estrategas,
de ingenieros consumados
desde ése que es su paddock,
la barra de la bodega.
“Hoy mejor compuesto blando
porque el duro tié la pega
que degrada, se disgrega
cuando el piso está mojado”
“¡Pero qué dices, colega,
en Monza siempre han ganado
los del cavallino alado
aunque a jarros de agua llueva!”
“Jamiltón se ha equivocado
y no creo que se atreva
a probar en esta prueba
su turbo modificado”
“Otra pole que se llevan
los MacLaren apurando
la frenada si Fernando
en cero cinco no rueda”
“Pero aluego en Montecarlo
ya no le caerá esa breva
si Ecclestone no le aprueba
los chiclés que están probando”
“Si Chumaque no renueva
entonces va ser ya cuando
tomará Alonso los mandos
del nuevo dos equis zeta
que le están desarrollando”
Safety car y los doblados,
difusores y regletas,
pit stops y repostado,
de los boxes sus mil tretas,
la chicane y su trazado,
spoilers y otras puñetas
no son ya cosa secreta
para este par de chalados
que perdieron la chaveta
de la fórmula uno esclavos,
ese giro de ruleta
muermo, aburrido y pesado
más que lo es chupar un clavo.
Mas son ya tiempos remotos;
dejaron de ser devotos
a medida que Fernando
dejando fue poco a poco
de el himno escuchar llorando
y olvidáronse del todo
cuando vieron que no hay modo
de verlo otra vez ganando;
“Anda y que le vayan dando,
qué ruina de piloto”
Y conversos los cuñados
siguen hoy igual de locos
pero ahora por las motos.
Lo que resulta evidente
es que en el fondo a la gente
no es que realmente le importe,
le resulta indiferente
salvo el fútbol qué deporte
esté de moda vigente
con tal de que los transporte
al olimpo de los dioses
donde viven los que vencen.
La fantástica charada
de las Hondas y Yamahas
no tiene otro inconveniente
que quizás una miaja
nos hemos pasao realmente.
Y sería deprimente
que ahora se nos den baja
los demás viendo impotentes
que los nuestros no se bajan
del cajón y la baraja
romper quieran displicentes.
Y largándose de naja,
campeones permanentes,
campeones para siempre
como en hockey ruedas pasa
nos dejara ahora esta gente.
En un vespino tartaja
y un scooter bien corriente
hechitos una piltrafa
volvieron ayer de Cheste
trayendo además naranjas
y de vino dos garrafas
los cuñados que fervientes
seguidores ya viajan
tras el Marc Márquez imberbe.
Y en sus camisetas verdes
xerigrafiada una foto
de esa sonrisa tan maja
que sobre una moto muerde.
Texto e ilustración: Agustín Casado
Muy acertada intuición, la gente quiere ver deportes que lo trasladen al Olimpo de los Dioses, es la venganza de los dioses clásicos y paganos contra el cristianismo
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