lunes, 19 de agosto de 2013

Tiempos modernos (Carlos Parejo)


Al principio del siglo XXI está sucediendo en Andalucía lo que siempre quisieron los grandes señoritos terratenientes para sus latifundios: Con las nuevas tecnologías y el desarrollo de las máquinas inteligentes, cada vez son necesarios menos trabajadores (humanos). Las máquinas, es decir, el capital, se están convirtiendo en la única fuerza de trabajo no prescindible y que crece en todas las instituciones.

Miro alrededor y cada vez son menos los empleados fijos de la Junta de Andalucía, Diputaciones y Ayuntamientos. Esos privilegiados que tienen aún vacaciones pagadas. Lo que predomina es esa gran multitud de parados que va engendrando el sistema, cuya principal diversión es enviar su curriculum profesional a diestro y siniestro. Unos tienen decenas de páginas y otros se están comenzando a escribir. Da lo mismo.

Intelectuales, pensadores, artistas, profesionales, consultores… son ahora una pesada carga para cualquier administración autonómica o local, empeñada en ser práctica y ahorrativa con lo que gasta que no en pensar ni idear cosas renovadoras. Cualquier departamento o área de la administración -cultural, asistencial, deportiva, de obras y servicios…- suspira y se basta con un potente servidor informático de última generación (y unos cuantos becarios que domen diariamente a dicha máquina). Con él funcionan los balances de pagos e ingresos de lo presupuestado y se obtienen las precisas cuentas de resultados de las políticas emprendidas. Éstas, todo lo más, se adornan con algún pastiche populista (“pensamos en vuestro futuro”) y la frase tópica: “con nosotros todo va mejor”. Y sanseacabó. Nos acercamos al escenario futurista de la película Farenheit 451: humanos pensantes que usen armas tales como libros serán considerados inútiles y peligrosos…

(¢) Carlos Parejo Delgado

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