domingo, 4 de agosto de 2013

Mácula

La poesía nunca ha sido pura.
Sólo es pura la muerte
y ella está viva. ¡Viva!
Con manchas de carmín y heces hediondas
en el rostro y la herida
del amor y el desprecio,
de sonrisas y lágrimas,
de traición y lealtades,
de verdades y dioses,
y etcéteras y etcéteras.
Palabra
de difunto.

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