Se me antoja que, en el seno
vaticano, Benedicto
XVI hízose adicto
al pan negro de centeno.
Y que tanto desenfreno
consumiendo cornezuelo
le ha hecho afirmar sin recelo
y extático que se ha ido
porque dios se lo ha pedido
en persona desde el cielo.
Ilustración: Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.
Por eso nunca consumo pan, y mucho menos negro de centeno. ¡Dios me libre!
ResponderEliminar¿Si el Papa no habla con Dios? ¿Quién si no?
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