En el centro espiral del laberinto
hay una puerta abierta
que da a otro laberinto
sin centro
ni retorno.
No pugnes por nadar contracorriente;
la suerte está ya echada
-como un toro de lidia
que nada más aguarda
con urgencia
la insólita piedad del descabello.
hay una puerta abierta
que da a otro laberinto
sin centro
ni retorno.
No pugnes por nadar contracorriente;
la suerte está ya echada
-como un toro de lidia
que nada más aguarda
con urgencia
la insólita piedad del descabello.
Aunque la suerte esté echada, jamás hay que perder la esperanza.
ResponderEliminarBesitos :)
Cierto, la suerte está echada, poco importa lo demás. Dicen que todo está escrito, así que sentémonos a esperar mientras cae la lluvia.
ResponderEliminarTe abrazo Rafa. (con cariño)
¿Qué suerte? ¿Hablaís de loteria o de la trayectoria vital de cada uno?
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