Sucedió la noche más calurosa y árida que recordase haber vivido.
Súbitamente, comenzó a llover en el interior del despacho. Una lluvia
suave y balsámica que al poco derivó en diluvio. Lo encontraron a la
mañana siguiente flotando boca abajo en el aire. Fantasía, así había
pensado titular aquel poema que se malogró en la crecida.
Todo puede suceder.
ResponderEliminarIgual, hay que pensar bien antes de escribir, antes de hablar y antes de amar.
Por mucho que pienses, el otro ya casi lo tiene decidido
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