–Están todos muertos. ¡Muertos! Sólo quedamos usted y yo.
–¿Está usted seguro?
–¿Seguro?
–De que usted y yo hemos sobrevivido. ¿Lo cree posible tras la explosión? Era una BLU-82, la podadora de margaritas. Han pasado ya varias décadas desde su invención, pero es jodidamente letal.
–Pero...
–Una efímera aberración en el no espacio-tiempo post morten. El alma, cada alma, tras romperse el vínculo que la une al cuerpo, ocupa un no lugar aislado en el vacío cósmico, sin relación alguna con otras almas. Pueden estar toda la eternidad unas junto a otras y no verse ni tocarse ni sentirse. Que nuestras almas estén en este no instante conversando no es más que el producto de un resquicio abierto en este abismo sin confines en el que creemos encontrarnos, una ilusión sin sentido. Pero no tardará mucho en cerrarse la grieta. Y entonces estaremos solos. Y todo será olvido y negrura. Mirará usted atrás y no hallará nada, ni un sólo recuerdo. Y, al frente, la oscuridad absoluta del vacío. Es lo que bien podríamos denominar infierno. ¿Puede imaginar algo más espantoso?
–¿Está seguro? Oh, ¿qué es esto? ¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguien? ¿Qué soy? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Dónde estoy?
Ilustración: Gustave Doré
– Todos están vivos. ¡Vivos! Sólo quedamos tú y yo.
ResponderEliminar– ¿Estás segura Vivian?
–¿Segura?
– De que tú y yo no hemos sobrevivido?
_ Ven, no llores Rafa. Miraaa, allí está Lorca!