No rimo por rimar, rimo con guasa
como arma contra el miedo que provoca
pensar y repensar, tuerta la boca,
que nada queda, ¡nada¡, y todo pasa;
que no nos basta el verbo, que lo arrasa,
por más que se haga carne ardiendo loca,
el tiempo, esa tiniebla que sofoca
más temprano que tarde toda brasa.
La rima y, ante todo, la cadencia,
son como un fuego fatuo, la memoria,
aun muerta ya la voz, de su presencia
en esta telaraña predatoria
que agosta sin remedio toda esencia,
que así es, con guasa, aun menos perentoria.
como arma contra el miedo que provoca
pensar y repensar, tuerta la boca,
que nada queda, ¡nada¡, y todo pasa;
que no nos basta el verbo, que lo arrasa,
por más que se haga carne ardiendo loca,
el tiempo, esa tiniebla que sofoca
más temprano que tarde toda brasa.
La rima y, ante todo, la cadencia,
son como un fuego fatuo, la memoria,
aun muerta ya la voz, de su presencia
en esta telaraña predatoria
que agosta sin remedio toda esencia,
que así es, con guasa, aun menos perentoria.
Es linda la metáfora del tiempo como tiniebla que entibia ardientes pasiones
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